MANIFIESTO DEL PSOE DE ANDALUCÍA POR EL 28 DE FEBRERO 2023, DÍA DE ANDALUCÍA UN 28F DE MARCADO ACENTO MUNICIPALISTA

     La Andalucía de hoy no sería posible sin la lucha democrática del pueblo andaluz por su autonomía, en las calles, con el 4 de Diciembre de 1977 como fecha clave, y en las urnas, con el 28 de Febrero como momento decisivo. 

    La autonomía es una historia de éxito para Andalucía. Es el gran patrimonio común de todos los andaluces y andaluzas. Ha puesto al alcance de la ciudadanía cotas de bienestar y modernidad jamás antes conseguidas en esta tierra. 

    Nuestra autonomía es una conquista de los andaluces y andaluzas desde cada pueblo, ciudad y calle. Desde la política más cercana y próxima a la gente, la municipal. Por eso este 28 de Febrero el PSOE de Andalucía rinde homenaje a nuestros representantes locales, a los 4.290 alcaldes y alcaldesas, concejales y concejalas, socialistas que son herederos del auténtico andalucismo y que están volcados en mejorar la vida de todos los vecinos y vecinas de Andalucía.

     El municipalismo reivindicativo fue el germen de nuestra autonomía, impulsado de manera decisiva por el PSOE de Andalucía pueblo a pueblo, ciudad a ciudad, con sus ediles al frente. 

    Los Ayuntamientos y Diputaciones contribuyeron a la consolidación de la propia democracia, como instituciones más cercanas a la ciudadanía y escuela de participación política y de gestión democrática tras 40 años de dictadura. Y fueron esenciales en la implantación del Estado del Bienestar que vino de la mano de nuestra autonomía. 

    La historia de nuestra autonomía ya está escrita. La escribieron los andaluces y andaluzas en las urnas, dándole una mayoría abrumadora al PSOE en el gobierno regional y a las coaliciones de izquierda en el ámbito municipal. 

     No se puede reinventar la historia de nuestra autonomía por mucho que lo intenten algunos desde el resentimiento, avergonzados por el papel que jugaron aquel 28 de febrero, junto a sus cómplices de la derecha. 40 años después, la derecha sigue intentando blanquear y ocultar su rechazo frontal a que Andalucía fuera una comunidad autónoma de primera, en pie de igualdad al resto de los territorios del Estado español. Pero no engañan a nadie.

     La autonomía plena por el artículo 151 de la Constitución exigía que la iniciativa autonómica fuese aprobada por todas las diputaciones del territorio y las tres cuartas partes de los municipios de cada provincia, que representasen, al menos, la mayoría del censo electoral de cada una de ellas, y que dicha iniciativa fuese ratificada en referéndum por la mayoría absoluta de electores de cada provincia.

     El primer acuerdo municipal en este sentido fue adoptado en Puerto Real (Cádiz), en abril de 1979, con fundamento en el Pacto de Antequera de 1978 y bajo el impulso de la Junta preautonómica ya presidida por el socialista Rafael Escuredo. Para finales de agosto todas las Diputaciones y más del 95% de los Ayuntamientos andaluces habían adoptado el acuerdo de caminar hacia el autogobierno pleno por la vía del artículo 151 de la Constitución. 

    Al conmemorar un nuevo 28 de Febrero, creemos más que necesario reconocer y reivindicar el papel esencial de Ayuntamientos y Diputaciones en la edificación de la autonomía andaluza y del Estado Social y Democrático de Derecho que propugna nuestra Constitución. 

    Así, rendimos tributo a hombres y mujeres, concejales y concejalas, alcaldes y alcaldesas, que, de forma absolutamente comprometida, han venido dando lo mejor de sí mismos en beneficio de la ciudadanía y de sus pueblos y ciudades. 

    Lo hacemos reivindicando que en nuestra tierra es imprescindible seguir construyendo autonomía y autogobierno desde lo local, con apoyo e impulso decidido a los Ayuntamientos como pilares elementales del Estado de Bienestar y de los servicios públicos que lo sustentan, en beneficio de la ciudadanía. 

    El proceso autonómico tiene que crecer, perfeccionarse aún más, y estamos convencidos de que el autogobierno andaluz puede ser más efectivo con desarrollo y cumplimiento pleno de las normativas de autonomía local y con un avance nuevo y decisivo en las relaciones de la Junta de Andalucía con los Ayuntamientos, que alcance a las competencias, la gestión y la financiación con fondos autonómicos y europeos, siempre a favor de la gente y de la mejor prestación de servicios públicos fundamentales. 

    Es necesario reforzar el diálogo con las entidades locales sobre transferencias y delegación de competencias en políticas de servicios sociales, de atención a la dependencia y de ayuda a domicilio, con participación de los agentes sociales. Igualmente, estimamos que ha llegado el momento de abordar desde el gobierno andaluz el desarrollo del artículo 94 del Estatuto de Autonomía para la regulación de las áreas metropolitanas de la comunidad y sus funciones. 

    Para el PSOE de Andalucía, la autonomía que reivindicamos este 28 de Febrero es algo vivo y real, que tenemos que defender e impulsar para que continúe su proceso de consolidación y de crecimiento, para avanzar en bienestar social implementando sus raíces en lo local. 

    Los socialistas y las socialistas creemos y practicamos el andalucismo de los hechos, vivo y real, frente a los andalucistas de propaganda que tanto proliferan en la derecha hoy en día. 

    Representamos el andalucismo que mejora de verdad la vida de la gente, frente al andalucismo de disfraz y pose del Partido Popular y del gobierno andaluz, que se atreve incluso a manosear nuestro Estatuto de Autonomía para justificar sus políticas a favor de unos pocos privilegiados, su confrontación con el Gobierno de España y sus pasos atrás en derechos y servicios públicos que fundamentan la igualdad y la cohesión territorial, con efectos demoledores en la sanidad pública.

     El andalucismo de verdad es reivindicativo y municipalista, en defensa de la autonomía de Andalucía, traducida en libertades, derechos y servicios públicos de calidad en sanidad, educación, dependencia, ayuda social, impulso a la cultura y fomento del empleo y la economía. 

    Ni un paso atrás en derechos y servicios públicos que nacen de nuestra autonomía, que debe avanzar para mejorar la vida de los andaluces y andaluzas, desplegando de manera decisiva el poder democrático y de gestión de la política local, nuestros Ayuntamientos y Diputaciones.