La Conferencia de presidentes de Santander, una oportunidad perdida
Nuevamente el sectarismo de Ayuso marca el paso al resto del PP ante un Feijóo incapaz de tomar el control de su propio partido.
No se dirá que no lo hemos intentado. Una
vez más, Pedro Sánchez se reunía con los
presidentes autonómicos en la Conferencia de
Presidentes para llegar a acuerdos sobre los
principales problemas que tiene la ciudadanía
española. Antes de nada, hay que recordar
que nuestro secretario general es el líder
del Ejecutivo que ha convocado este órgano
en un mayor número de ocasiones. En un
Estado autonómico como el nuestro, con diferentes niveles competenciales entre los
territorios, este tipo de citas son esenciales
para la cogobernanza del país. Los socialistas
acudíamos, como en tantas otras ocasiones, con
voluntad de acuerdo. Pero nos encontramos
con el muro de la derecha.
En primer lugar, Pedro Sánchez accedió a las
peticiones de los presidentes autonómicos
acerca de los temas que querían incluir en el orden del día de la reunión. Querían hablar,
pero no acordar. Querían que se concluyera
únicamente lo que los líderes territoriales del
PP querían, sin posibilidad de incluir los puntos
de vista del Gobierno. No se entiende muy bien
la insistencia en debatir asuntos sobre los que
luego no se quiere llegar a ningún acuerdo.
Así que temas como la vivienda, las migraciones
o los recursos de la sanidad seguirán sin una
política en común entre el nivel estatal y el
autonómico por el empeño de los presidentes
del PP en reventar cualquier posibilidad de
acercamiento. Tal y como expresó el ministro
de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, esta
reunión ha sido “una oportunidad perdida”. Pero
no para el Gobierno central o los autonómicos,
sino para la ciudadanía española que ve cómo,
una vez más, tras el cambio de gobiernos
progresistas a gobiernos de derechas en 2023,
sus necesidades no son atendidas.
La vivienda sigue subiendo de precio por el
enrocamiento de la derecha en no aplicar la
Ley de vivienda. La situación humanitaria en
Canarias sigue siendo insostenible y las listas
de espera de la sanidad crecen. Pero nada de
esto es suficiente para que ni un solo político del PP se siente a hablar en serio. Sacarles del
bulo y de la crispación significaría pedirles que
abandonen su medio natural. No se le puede
pedir peras al olmo.
Mención aparte merecen las aportaciones
de la presidenta de la Comunidad de Madrid,
Isabel Díaz Ayuso. Obligó a variar la posición de
sus compañeros acerca de la quita de deuda
a las autonomías, dejándola únicamente en
el caso de la Comunidad Valenciana. Una vez
más, dejando bien claro al débil Feijóo quién
manda realmente en el Partido Popular.
También quedará para la posteridad su
propuesta sobre el SMI: “El salario mínimo no
debería ser igual para un agricultor extremeño
que para un empresario madrileño”. Puro
clasismo económico y territorial. ¿Qué pensará
María Guardiola de estas declaraciones? ¿Qué
pensará un agricultor? ¿Qué pensará cualquier
ciudadano que resida en la España vaciada?
¿Es así como el PP quiere tratar al sector
agrario español y a los ciudadanos de las zonas
despobladas?
Sánchez es el líder del Ejecutivo que ha
convocado a este órgano en un mayor número
de ocasiones.